¿Qué tienen en común El señor de los anillos, Rojo y negro, 1080 recetas de cocina, Don de la ebriedad, el Código Penal, Persépolis, Aurora Boreal, El cine según Hitchcock, Corto Maltés, Primera nieve en el Monte Fuji, Cosas que ya no existen, Juan Salvador Gaviota, Libro de la fantasía, El rey Lear, Kwaidan, La risa y otros muchos que alargarían aún más la cuestión?.
Pues que todos son títulos de libros publicados y, salvo que se encuentren descatalogados, de fácil acceso en librerías y bibliotecas. En la lista de títulos que se incluye entre ambos signos de interrogación se abarcan varios géneros y apartados literarios. Hay obras de teatro, comics, un recetario gastronómico, manual de autoayuda, libros de relatos, poesía, ensayos y también novelas de distintos estilos y extensiones.
Todos estos libros son volúmenes editados en papel, por lo habitual con textos y dibujos impresos, tinta negra sobre fondo blanco. Pueden estar cosidos por el lomo o simplemente pegados. Pueden ser libros comprados, prestados o robados. Pero todos tienen una materia prima común, el papel; y unas entrañas que los vertebran: Son los cuadernillos de treinta dos páginas que, unidos por el canto y reforzadas con el lomo y las cubiertas, forman ejemplares irresistibles expuestos en el escaparate de cualquier librería o colocados en las estanterías de las bibliotecas.
Por esta razón en el blog Quadernillos no se van a valorar los libros mucho más allá del número de páginas (y cuadernillos) que los componen. Sí se puede realizar un análisis con una orientación limitada a los conocimientos del que esto escribe.
Aquí se hablará de libros y, “tal como está el patio” de archivos de textos digitales, tratando de ser objetivos porque en la propia objetividad se manifiesta una opción y un punto de vista acerca de las lecturas comentadas. Esperamos que Quadernillos, al menos sea útil, lo que ya sería un logro enorme.
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